Entrevistamos a Celia Añó Espí, escritora e ilustradora

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¡Hola, Celia, y bienvenida a este espacio! Es un placer contar contigo.

Celia Añó: ¡Muchas gracias por invitarme!


Empecemos hablando de Aracnefobia, tu primera novela breve publicada con LiterUp. ¿A qué clase de público recomiendas esta obra?

Celia Añó: Tras darle catorce vueltas y comerme la cabeza, he llegado a la conclusión de que esta pregunta me cuesta más que definir la historia. La respuesta sincera es: no lo sé. Tuve la mala pata de ser una lectora precoz, así que nunca leí lo que me tocaba por edad. Yo creo que tira a adulto joven, pero como siempre catalogan lo mío como juvenil, ¿quizás lo sea?

Al caso, es una historia para quien le guste el misterio, enlazar teorías mientras lee y esté buscando algo que se salga de lo lineal.


Háblanos ahora del proceso creativo de Aracnefobia. ¿En qué momento se te ocurre mezclar así sus capítulos? ¿Cómo llegas a crear una estructura cohesionada pero desordenada al mismo tiempo?

Celia Añó: Crear Aracnefobia fue cocinar en un caldero un montón de ideas. Una de las que tuve claro desde el principio es que sería una historia desestructurada. Barajé varias ideas (en el primer borrador los capítulos tenían un desorden diferente) hasta que encontré la que me pareció perfecta para lo que quería contar.

Eso sí, escribirlo fue todo un proceso de manualidades. Soy un caos, así que primero creé la historia y luego la destrocé. Aprovechando el impulso del NaNoWriMo, escribí todas las escenas según se me ocurrían y las puse en orden cronológico. Ni siquiera eran capítulos por ese entonces, más bien conceptos de lo que sabía que tenía que suceder. A cada una le di un título y luego, cuando acabé, partí una hoja en trozos y anoté esos títulos (con un color diferente si la escena era de Aracne o Adrien) y me dediqué a reordenarlos. O desordenarlos, según cómo se mire.

Una vez tuve la estructura final, la cosí para darle sentido.


¿Qué influencias recoge Aracnefobia?

Celia Añó: ¿Cuentan como influencia todas esas historias compuestas por varias partes que crees que están relacionadas y descubres que eran cuentos diferentes cuando llevas toda la lectura hilando pistas que no existen? Sonará rebuscado, pero así surgió la idea.

Luego está la película Memento. No pensé en ella directamente al escribir, pero cuando la vi me dio muchas ideas sobre historias no lineales.


Tus relatos han aparecido ya en más de media docena de antologías. ¿Qué se siente al lograr esto? ¿De cuál de estos relatos te sientes más orgullosa?

Celia Añó: ¡Me hace muchísima ilusión! Son logros pequeñitos, pero me dan mucha fuerza para seguir adelante y seguir intentándolo.

Hay varios que me enorgullecen por diferentes motivos. Si tuviera que quedarme con uno sería «Amor de espinas» (Insólitas, de LES Editorial) por todo el tiempo que le dediqué. Me cuesta mucho serle fiel a un relato. Tengo que vomitarlos al momento y no suelo darles muchas vueltas. Los corrijo, pero me falta constancia para hacer cambios en profundidad. La primera versión de «Amor de espinas» se convertía así en una patata. No convenció a los betas y no me convencía a mí. Por eso le tengo un cariño especial, porque me dije que se acabó y borré la mitad final para reescribirla.


Además, sabemos que sueles convocar tus propias antologías. Háblanos de ellas y, si puede ser, adelántanos un poco de la próxima que convocarás (que tenemos entendido que está cerca).

Celia Añó: En realidad, solo he convocado una antología, la de Literatuits, que fue un arrebato bastante caótico. Aunque como me lo paso genial con estas cosas, espero organizar muchas más. Que empezó todo porque me encanta maquetar ebooks y así tenía una excusa para seguir trasteando con la edición digital, pero gracias a este tipo de proyectos he conocido a un montón de gente. También es sinónimo de sufrimiento, porque llegan relatos muy buenos de los que te encariñas y no puedes amadrinarlos a todos.

No sé, es una aventura muy especial (y diferente a cuando estás al otro lado). Después de todo lo que se montó con la Antología de colores, tuve claro que repetiría. Y ahora que ha pasado un tiempo, por fin toca preparar la siguiente. Seguramente cuando salga la entrevista ya habré contado varias cosas. Solo adelanto que voy a repetir la idea de que sea un ejercicio creativo. Solo que en vez de colores… Serán animales (¡toma pista!).


En esta casa te vemos como una artista total. Admiramos mucho tanto tu habilidad al escribir como al dibujar. ¿Crees que tus dibujos se identifican con tus escritos o tus estilos en los dos artes son diferentes?

Nunca me lo había planteado. Tras darle muchas vueltas, creo que no. De dibujo me falta todavía muchíííííííísimo por aprender. Al final dibujo siempre lo mismo y 6/8 son experimentos de colores o fondos. Me gusta pensar que en la escritura soy más versátil y toco temas muy diferentes (o al menos lo intento).


¿Puedes adelantarnos algo de tu próxima publicación con Insomnia Ediciones?

Celia Añó: Buf, es difícil. Porque lo que me apetece adelantar es un SPOILER inmenso de lo que creo que será sorpresa. Solo digo que habrá colorines y que será un auténtico saco roto de géneros literarios.

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¿Cuál es tu género favorito? ¿Y tu autora o autor favorito?

Celia Añó: ¡La fantasía! Como soy una indecisa, te diré un autor y una autora: Terry Pratchett y Ana María Matute.


Recomiéndanos cinco autoras o autores independientes que escriban literatura de género (fantasía, ci-fi, terror).

Celia Añó:

1. Marina Tena Tena
2. José Antonio Cotrina
3. Gabriella Campbell
4. Nieves Mories
5. África Ruh


Y para terminar, una pregunta que tiene que ver con una reflexión que nos gusta hacer constantemente en esta casa, donde reseñamos obras de cualquier género. ¿Qué opinas de las barreras entre géneros literarios? ¿Crees que las lectoras deberían abrir la mente y leer obras de todo tipo, porque al fin y al cabo los géneros son solo etiquetas aproximadas?

Celia Añó: Me pones en una encrucijada. Como escritora me encanta la mezcolanza de géneros. Me parece divertidísimo, pero luego me cuesta horrores clasificar lo que escribo. Suelo decir que es fantasía para abreviar y un poco por comodidad, pero esa etiqueta no me representa siempre y hay convocatorias en las que no sé si mandar mis manuscritos o no.

Sin embargo, como lectora tengo claro que prefiero leer fantasía, ciencia ficción o terror (y si es mezclado y fuera de lo normal, mucho mejor). Me cuesta mucho salir de mi zona de confort y siempre leeré primero una historia que hable de lo increíble antes que una cotidiana. Me gustaría cambiar, pero hay gustos de los que cuesta deshacerse.

En conclusión, es raro porque como lectora estas etiquetas me ayudan mucho a decidirme con los libros, pero como escritora a veces me gustaría mandarlas a tomar viento fresco. Lo que sí ayuda es conocer a quien escribe. A mí me ha animado a leer libros a los que no habría prestado atención y que me han sorprendido. ¿Menos etiquetas y más conocer al autor/autora? ¿Hay que leer de todo pero no pasa nada por tener un género favorito?


Muchas gracias por concedernos unos minutos de tu tiempo, Celia, y mucha suerte con [aquí no sé qué leches pasó, que se cortó la despedida] tus proyectos.

Celia Añó: Esto se ha cortado, pero ¡gracias a vosotros por hacerme un hueco! Y mucha suerte con los Ignotus.

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