Sinopsis: Verano de 1980 en Cleveland, Ohio. Phoebe Shaw, y su prima y mejor amiga, Jacqueline, acaban de graduarse en la escuela de secundaria en medio de un futuro del todo desalentador e incierto. Toda la ciudad está copada de fábricas abandonadas que pueblan el horizonte, y la sombra de una huelga sobrevuela la rutina que gobierna sus vidas…
Pero nada de eso es equiparable a lo que está ocurriendo en su propio vecindario. Las chicas con las que Phoebe y Jacqueline han crecido están mutando. El pistoletazo de ese cambio lo dará el descubrimiento de unas oscuras huellas acuosas sobre la acera. Una a una, las jóvenes se van marchitando: sus uñas se transforman en cristales rotos y sus huesos se convierten en metales oxidados que corrompen su carne.
Nadie puede explicar qué es lo que pasa con las chicas de la calle Denton; nadie, salvo quizá ellas mismas.
Phoebe regresa a su hogar después de casi 30 años. Las casas serán demolidas, y sus padres van a trasladarse definitivamente a una residencia, por lo que acude a ayudar a su madre y revisar su antiguo cuarto, lleno de recuerdos que Phoebe no quería volver a vivir.
La novela nos llevará entre el presente y el pasado para conocer mejor a Phoebe y a su mejor amiga Jacqueline, que también es su prima. Están a punto de graduarse y ambas están deseando huir de la calle Denton, de su ambiente opresivo y de las miradas de los adultos que no dejan de juzgar su comportamiento. No lo saben, pero las chicas de la calle Denton están empezando a cambiar y sus vidas van a dar un vuelco que nadie podía esperar. Sus huesos se convertirán en hierro oxidado, sus uñas serán cristales que no permitirán que nadie se les acerque. Lo que empieza siendo un caso aislado se propagará rápidamente y el caso trascenderá más allá de su pequeño barrio.
Aunque a priori la novela podría enmarcarse en el terror, o incluso en la fantasía, voy a apostar por recomendarla como novela intimista con toques de horror y voy ir más allá: podría situarla en mi estantería al lado de una grande como Shirley Jackson. ¿Os parece exagerado? Las doncellas de óxido ha ganado el premio Bram Stoker de 2019 a mejor primera novela, el premio This is horror a mejor novela del año y ha sido elegido uno de los mejores libros de la década por Lit Reactor. A ver, no os negaré que cuando un libro tiene tantos premios y viene de una editorial de la que valoras tanto el trabajo que hacen como Dilatando Mentes pues ya lo cogí con ganas, pero superó todas las expectativas.
Oremos por las doncellas de óxido.
La autora transmite de una manera fantástica la desesperación, el desencanto de la adolescencia y los anhelos quebrados de estas jóvenes. Phoebe es un personaje sólido, creíble desde el principio y su amistad inquebrantable con su prima se convierte en uno de los pilares absolutos de la historia; la defendería con su propia vida si fuera necesario, a pesar de que a cada día que pasa Jacqueline y las demás se alejen de ella. Parece ser la única que comprende la situación de estas doncellas de óxido frente a un mundo adulto que en su mayoría parece haberles dado la espalda. Pero Phoebe no piensa rendirse.
Llena de símbolos y pequeños detalles que adquieren importancia a medida que avanza la historia, Las doncellas de óxido invita a ser leída con calma y disfrutando de la prosa de la autora, aunque es difícil no sentarse a devorar la historia de una sentada porque resulta absorbente; el misterio de estas doncellas no será resuelto fácilmente. Oremos por ellas, y por Phoebe.
Lanzamiento: próximamente
Editorial: Dilatando mentes
Traducción: José Ángel de Dios
Valoración: Moka con chocolate
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Le tengo muchas ganas a este y tu reseña me ha dado ansiedad lectora de quererlo ya dámelo, dámelo yaaa,jaja. Además, desde que me leí Los años del silencio me enamoré de las ediciones de Dilatando mentes. Cuando vuelvan las librerías caerá:)
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Es una compra muy muy recomendada 👀 esperamos que llegue pronto!
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