Sinopsis: Una adolescente fanática del horror y de las creepypastas (historias de terror que circulan por internet) despierta maniatada en una cabaña en medio del bosque. Su secuestradora no es una desconocida, sino su maestra de Lengua y Literatura, una mujer joven a quien ella y sus amigas han atormentado durante meses en un colegio de élite del Opus Dei. Pero pronto los motivos de ese secuestro se revelarán mucho más oscuros que el bullying a una maestra: un perturbador amor juvenil, una traición inesperada y algunos ritos secretos e iniciáticos inspirados en esas historias virales y terroríficas gestadas en internet.
El amor empieza con una mordida y un dejarse morder.
El confinamiento (sí, seguimos en él) me está acercando a novelas que quizás de otro modo no llegarían a mis manos. Este es el caso de Mandíbula y, una vez más, tengo que citar aquí a nuestra compañera de reseñas del blog Lecturafilia, Tensi, que fue quien me recomendó con ahínco esta historia, a sabiendas de que nuestros gustos están en sincronía. En fin, quizás es uno de esos libros únicos, atrevidos e irrepetibles. Y me va a costar definirlo. Pero ahí voy.
«Todos hemos soñado que matamos a alguien o que morimos alguna vez», le dijo su psicoanalista. «Yo no», le respondió ella. Pero mentía.
Mónica Ojeda Franco (Ecuador, 1988) es considerada una de las novelistas más relevantes de la literatura contemporánea a pesar de su joven edad. Si os acercáis, tan siquiera un poco, a su obra, os daréis cuenta de por qué. Quizás os ocurra cómo a mí, y cuando empecéis a leerla os quedéis desconcertadas. La dificultad está ahí, no os la puedo negar. Para mí fue casi como un reto de lectora: sabía que había algo más, algo a lo que quería llegar. Y llegué. Y cuando cogí el ritmo, simplemente, algo brillante tocó mi alma de literata fanática y sabía que me quedaría vacía al terminar con la novela.
Quizás Mandíbula sea un thriller psicológico. Quizás tan solo trate sobre la soledad y el duelo. O quizás de alumnas y maestras. De las madres y las hijas. De las mejores amigas. De la crueldad visceral que encontramos en el mundo de las relaciones entre mujeres, más allá del genuino amor. Sí, escapamos aquí de la sororidad, al menos en parte. Pero no del todo. El gran componente femenino, de todas formas, es una absoluta declaración de intenciones.
El miedo a tener miedo desataba sus peores crisis («Tienes cucarachas en la mente, muchacha enferma», le decía su madre, sentada en el sillón de estampado de tigre […])
«Al menos tu madre finge que te quiere», le dijo Anne una noche, bajo las sábanas.
«En cambio la mía me humilla».
«La mía me subestima».
Las hijas canibalizan a sus madres, Becerra, desde la leche al hueso.
La narración alterna la escena de la adolescente que aparece atada en la cabaña (como podéis leer en la sinopsis) con diferentes saltos en el tiempo por parte de la profesora (y la madre muerta) y de la propia alumna. Lo cierto es que he leído novelas de terror menos escalofriantes que esta.
Y en realidad, Ojeda necesita muy poco para hacernos estremecer. Quizás porque, con un dominio magistral del lenguaje, con sus juegos de prosa poética, con sus metáforas extrañas, nos va inmiscuyendo en un brillante juego mental hasta que nos hacer perdernos y encontrarnos a placer. Está justificado todo y, al mismo tiempo, a veces me pregunté de dónde ha salido una historia cómo está. Y lo que más me podía asustar era encontrarme ahí, de algún modo.
«¿Qué le pasó?».»Se peleó con su mejor amiga». Clara no sabía que pelearse con una mejor amiga podía ser de rojo.
¿Y cómo? ¿Por nuestra forma de amar? ¿Por nuestra manera de fallarles a nuestras amigas? ¿De odiar a nuestras profesoras? ¿Por nuestras madres? ¿Por detestarnos a nosotras mismas? Mandíbula nos reconduce por los recovecos más oscuros y dolorosos de nuestra mente. Y lo hace como quizás, todavía, no se había hecho antes.
Es el claro ejemplo de que no, mujeres mías, no todo parece estar inventado ya.
Fuimos a la literatura porque queríamos asustarnos de verdad, no por amor al arte o todas aquellas cosas que usted nos dice en clases.
Lanzamiento: 2018
Editorial: Candaya
Páginas: 287
Valoración: Moka y chocolate
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Esta me llama la atención pero mucho
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Hola!
Muy buena reseña. Por cierto, me encanta tu blog.
Saludos desde
https://mariainwonderlandbook.blogspot.com/
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PD: te invito a visitar mis blogs…a comentar y a seguirnos.
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