Sinopsis:
1913. Henry Hamilton ha desaparecido durante un viaje de negocios, y su hermana Tristeza, no descansará hasta averiguar qué le ha sucedido.
Desafiando las órdenes de su padre, decide viajar a Tidepool, el último lugar del que tiene constancia que visitó Henry.
La pequeña y decadente ciudad asentada junto al mar parece teñida de un halo de desasosiego, los residentes parecen ocultar algo, y las reservas que Tristeza alberga sobre Tidepool se acrecientan cuando una sucesión de cadáveres llegan hasta la orilla presentando señales de haber sido mancillados por algo que no es del todo humano.
Cuando tristeza conoce a Ada Oliver, una adinerada viuda, y el secreto que acarrea a sus espaldas, sus problemas no habrán hecho sino comenzar, y será consciente de que abandonar Tidepool con vida se convertirá en una misión prácticamente imposible.

Reseña:
Desde hace unos años estamos viviendo una auténtica explosión de revisiones de la obra de uno de los maestros del terror de principios del siglo XX, H.P. Lovecraft. Su aportación al imaginario universal a través de sus mitos es indudable, pero tanto la prosa como ciertos matices han hecho que la obra del maestro de Providence haya envejecido de manera regular.
Una de las últimas, y muy interesante, revisión de los mitos de Lovecraft es el libro que me trae aquí: Tidepool. Esta obra escrita por Nicole Willson y publicada por la editorial Dilatando Mentes toma la esencia de las obras de Lovecraft pero las actualiza en forma y fondo, aunque siga ocurriendo a principios del siglo XX. Lo considero el primer gran acierto, ya que he visto muchas obras que traen sus mitos a nuestro tiempo, pero de esta manera podemos respirar aún más la esencia lovecraftiana y detectar mejor las diferencias.
La esencia clásica se puede ver en muchos aspectos. La incomodidad del visitante, la atmósfera opresiva del pueblo, cierta decadencia, los secretos y las miradas, la presencia de “algo” que no comprendemos y el rechazo a la modernidad.
Pero de manera muy acertada Nicole rompe con algo de sobra conocido de Lovecraft. Su misoginia. En Tidepool nos encontramos que los dos personajes principales son mujeres, y mujeres fuertes y bien diseñadas: la joven Tristeza y la viuda Ada Oliver. Pero no solo eso, Nicole Wilson lleva ese reto de actualizar la mirada de H.P. Lovecraft hablando sobre el racismo e incluso hacia el final hablando sobre las identidades sexuales.
Tristeza es fascinante hasta por su nombre. No explicaré el origen de dicho nombre, que se explica en el libro, pero hace que el lector sienta una empatía directa con ella. Está muy unida a su hermana, y tras su desaparición decide viajar hasta Tidepool, desoyendo a su padre. Es una mujer fuerte para su tiempo, pero creo que la autora ha logrado un difícil equilibrio para que no resulte poco creíble. Como prueba de esta personalidad traigo un pequeño fragmento del libro:
“Hay damas presentes” eran tres de las palabras que más odiaba Tristeza Hamilton. Las partes más interesantes de la vida parecían transcurrir en lugares donde no debían estar presentes las damas.
El contrapunto es otra mujer, la ya citada Ada Oliver. Su presencia resalta casi tanto como su casa, un gran caserón en un pueblo lleno de viviendas descoloridas y decadentes. Desde el inicio de la novela conocemos su secreto, pero iremos descubriendo que este no es más que la punta de un iceberg oscuro y peligroso.
El otro personaje que querría destacar es el hermano de Ada, Quentin. Es silencioso, extraño y perturbador. Pero logrará una conexión espacial con Tristeza que hará que se encuentre en un difícil equilibrio entre ella y su hermana.
La historia está casi en su totalidad contada siguiendo los pasos de Tristeza, otorgando un protagonismo casi impensable en el universo Lovecraftiano. Pero digo casi porque hay dos excepciones que considero enriquecen mucho la obra.
La primera es que el libro arranca con un capítulo con Henry, el hermano de Tristeza, como protagonista. Podría decirse que es en parte lo más lovecraftiano puro que podemos encontrar en esta obra. Tengo la sensación de que la autora tomó esta decisión para que nos sintamos de lleno en un universo conocido, y tras ello comenzar a plantear sus modificaciones.
La segunda excepción, muy acertada a mi parecer, la encontramos a mitad de libro. Una vez descubrimos el secreto de Ada, la autora realiza un salto al pasado para que conozcamos mejor a Ada y entendamos mejor al personaje. De esta manera Nicole Willson realiza un desafío a la literatura de Lovecraft: dota de un trasfondo al personaje mucho más rico de lo que solía hacer Lovecraft en su obra (muchas veces acusado de casi despreciar a sus personajes como meros títeres para desarrollar su universo mitológico).
La ambientación me encanta. Tidepool es un pueblo decadente, casi vacío en sus calles, donde los silencios y las miradas mandan sobre las palabras. La presencia continua del mar y de un olor a pescado podrido acrecienta la incomodidad de Tristeza. Y la autora consigue que nos sintamos atrapados con la protagonista, en un lugar donde no quiere estar y donde parece que nunca va a poder dejar.
La edición, como es ya norma en Dilatando Mentes, es maravillosa. Cuidada hasta el límite, querría destacar el texto de presentación escrito por el editor y que nos introduce en el mundo de Lovecraft y en la mirada de la autora, y la miscelánea final donde nos encontramos imágenes, planos y títulos para seguir disfrutando de esta obra y su contexto.
En resumen, Tidepool es una novela apasionante, con un ritmo que va creciendo en paralelo a la angustia de nuestro protagonista y que nos actualiza de manera brillante un universo muy interesante pero anticuado en forma y matices. Y además nos deja una reflexión que me recordó al cuento de Ursula K. Le Guin, Quienes se marchan de Omelas: ¿Qué precio estaríamos dispuestos a pagar por nuestra seguridad?
- Editorial: Dilatando Mentes
- Traductor: Jesús Cañadas
- Fecha de publicación: octubre 2022
- Páginas: 321
- Valoración: Capuchino amargo y espumoso
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