Hace poco estuve leyendo Lake Lore, de Anne MarieMCLemore y a medida que lo iba leyendo me iba viniendo todo el rato a la cabeza otro libro que se llama El Abismo, de Neal Shusterman, así que os vengo a hablar un poquito de ambos porque creo que como recomendación casan bastante.

Por una parte, en El Abismo de Neal Shusterman conocemos a Caden, que viaja en un barco buscando el punto más profundo de la tierra: El abismo Challenger, en la fosa de las marianas. Pero en el siguiente capítulo, Cadence es un chico que estudia en el instituto y aunque siempre ha destacado con sus altas notas y su buen comportamiento, sus amigos y su familia están cada vez más preocupados por él porque algo está cambiando, cayendo en un abismo del que no sabe cómo salir.
Esta novela tiene mucho de real, porque Shusterman explicó que su hijo, Brendan, fue diagnosticado de esquizofrenia y llegar a comprender mejor la situación que padecía su hijo, así como la soledad a la que se tuvo que enfrentar, le inspiró a compartir su historia y tratar de romper un poco los estigmas asociados a este tema.

Y por otra parte, en Lake Lore de Anne MarieMcLemore tenemos a dos protagonistas, Bastian y Lore, dos chiques trans que alternan los capitulos para ir contándonos su historia. Bastian padece TDAH y cuando los pensamientos intrusivos le desbordan, usa el truco que le enseñó su hermano mayor: hace alebrijes, que son estas figuras de alambre y papel maché que representan animales coloridos tradicionales de México. En estas figuras elle descarga sus malos pensamientos, pero cuando empiezan a no caberle en casa un día hace un descubrimiento: un día, se le cayó uno de estos alebrijes al agua en el lago, y la figura cobró vida, así que como os podéis imaginar, no dudó en deshacerse de la mayoría de estos malos pensamientos en el lago, como quien barre bajo la alfombra esperando que la mierda no salga por el parquet.
Pero cuando conoce a Lore, les dos serán les úniques espectadores del resurgimiento del lago, de sus aguas anegando la ciudad y de los alebrijes recorriendo las calles, porque nadie más es capaz de ver que las emociones de Bastian están al límite. Tiene un tono de realismo mágico y si os suena le autore es que habéis leido Cuando la luna era nuestra, en editorial Duermevela.
¿Conocéis otras novelas con metáforas sobre la salud mental?