Historia del Rey Transparente, de Rosa Montero  

Sinopsis

Siente el corazón que late bajo la piel de hierro.

En un turbulento siglo XII, Leola, campesina adolescente, desnuda a un guerrero muerto en un campo de batalla y se viste con sus ropas de hierro, para protegerse bajo un disfraz viril. Así comienza el vertiginoso y emocionante relato de su vida, una peripecia existencial que no es sólo la de Leola sino también la nuestra, porque esta novela de aventuras con ingredientes fantásticos nos está hablando en realidad del mundo actual y de lo que todos somos.

Historia del Rey Transparente es un insólito viaje a una Edad Media desconocida que se huele y se siente sobre la piel, es una fábula que conmueve por su grandeza épica, es uno de esos libros que no se leen, sino que se viven. Original y poderosa, la novela de Rosa Montero tiene esa fuerza desbordante de los libros llamados a convertirse en clásicos.

Creo que Rosa Montero no necesita presentación, por lo menos para los lectores en castellano, pero voy a remitiros a su página web por si queréis información sobre ella.

«Soy mujer y escribo. Soy plebeya y sé leer. Nací sierva y soy libre».

Tardé bastante en acabar esta novela, tal vez debido a circunstancias puramente personales; tal vez porque su ritmo sosegado, su cadencia lenta pero perfecta, invitan a leer despacio. Ese ritmo no es propio de su género. Como indican en la sinopsis, es una novela de aventuras, de la vida de Leola, y tiene tintes fantásticos; pero yo diría que el rasgo más importante es que se trata de una obra profundamente femenina. Digo femenina y no feminista, que también lo es, por un motivo. Nos hace reflexionar sobre qué significa ser mujer en un mundo que los hombres construyen y destruyen a su medida y a su antojo; pero desde un punto de vista eminentemente femenino. No se trata de la visión de la mujer dada por los hombres, sino que es como mirarse en un espejo.

«¿Tanto nos desprecian, tanto nos aborrecen a las hembras?

Sucede en el siglo XII, que tan lejano nos parece, pero a pesar de los años el ser humano ha cambiado muy poco en esencia. Sigue habiendo vencedores y vencidos, carencias en el pueblo y excesos en los poderosos. Y sigue siendo difícil ser una mujer en muchos ámbitos. Hemos mejorado (ganas me dan de ponerlo con interrogantes) pero sigue habiendo mucho por hacer para lograr una igualdad real. Somos la mitad de la humanidad, tal vez un poco más, pero seguimos teniendo menos voz y menos poder.

Leola es la protagonista y narradora. Asistimos de su mano a su vida desde que es una adolescente que sueña con tener un hogar con su novio Jacques hasta que se convierte en un fiero guerrero, capaz de herir y matar. La guerra y el asalto a su aldea trastocan por completo sus planes y lo que iba a ser una vida tranquila, trabajando las tierras de su señor, pariendo hijos y tratando de sobrevivir día a día, se convierte en una aventura fascinante en la que se codeará con nobles y caballeros.

La religión tiene un peso muy importante, como no podía ser de otro modo. En su nombre se organizan matanzas y viajes a Tierra Santa, se utiliza para mantener esclavo y pobre al pueblo mientras la Iglesia gana cada vez más riquezas y poder. Lo que sí me sorprendió fue la figura de los cátaros, que desconocía hasta leer el libro. Se trata de una congregación de cristianos pacíficos, que buscaban la mejora de los derechos sociales y se convierten en mártires perseguidos por la iglesia. Me sorprendió de manera grata que en el libro hubiese sacerdotisas cátaras mujeres. Leola y su fiel amiga y escudero Nyneve viven algunos años entre los cátaros.

«Durante algún tiempo, el mundo fue un milagro».

Este libro tiene personajes fuertes y profundos, bien logrados. Ya he mencionado a Nyneve, la bruja compañera de Leola durante gran parte de su vida. Ambas viajarán vestidas de caballero y escudero, respectivamente. Pero el papel de Nyneve es más que el de curandera y mentora de Leola, sino que representa el espíritu femenino. Aún viviendo y vistiendo como un hombre, la avispada Nyneve no pierde un ápice de su feminidad. En Leola no se manifeista tan claro sino solo en ocasiones, por lo menos en mi interpretación de la lectura.

También hay personajes masculinos destacables, como Roland, el maestro de Leola, quién la enseña a combatir. También Guy, el caballero negro, y León son muy importantes en parte de la narración. Forman parte de lo que yo denominaría hombres buenos. En contraste tenemos otros personajes más oscuros, como caballeros rivales, ladrones, buleros e incluso amantes. Dado que la novela es extensa, hay un gran número de personajes secundarios con diversa importancia.

Debo destacar tambien a Duhoda, la Dama Blanca. Es una noble que se obsesiona con Leola. La acoge en su castillo tras un combate con uno de sus caballeros en el que acaba malherida. La relación entre ellas es extraña, como extraña es Duhoda. Le nombra caballero y le otorga el título de señor de Zarco, pero lo hace tanto como venganza, para obligar a Leola a tenerle lealtad, como premio o muestra de afecto.

Las aventuras de Leola y Nyneve, sin caer en la monotonía, son un tanto repetitivas. Combates y heridas, Nyneve la cura con su sabiduría y su magia. Leola parece sumida en una especie de depresión o distimia gran parte de la novela, pero aún así pelea para sobrevivir. Viven también algunos períodos de paz y dicha, como la estancia en el castillo de Duhoda o el tiempo pasado entre los cátaros. Y hay episodios solo explicables debido a los elementos sobrenaturales o mágicos. También hay representación de enfermedades como la epilepsia, llamada el Gran Mal, o la lepra. Nyneve es curandera y trata estos trastornos en mucha gente o al menos intenta mitigar sus efectos. Esto le permite también ganarse la vida.

Como por supuesto necesitan dinero, Leola ejerce de maestra durante varios años.Es una evolución muy clara del personaje, que pasa de ser una labriega casi inculta que no sabe ni leer y escribir a dar clases a niños y adolescentes. También enseña en ocasiones a pelear. Aunque su ocupación durante la mayor parte de su vida es ser un caballero a sueldo, lo que está muy mal visto en su época.

En resumen, estamos ante una novela con tintes históricos, si bien podría suceder hoy en día, y cuyos temas son universales. Me ha recordado a Sarah Waters y sus protagonistas que se visten de hombre para sobrevivir en la dura época de la Inglaterra victoriana, salvando las distancias. Con el delicioso estilo de Rosa Montero, es una obra preciosa y cuidada. Aunque tiene mucha aventura, el ritmo es lento y no se corresponde con este tipo de historia. Os puede encantar si os gustan las protagonistas femeninas fuertes y los libros que os hacen pensar. Si os dormís con las narraciones de ritmo lento, tal vez este no sea un libro para vosotros.

«La vida es un tiempo malo que no termina».

Ficha técnica

Lanzamiento: 2005

Editorial: Santillana

Páginas: 591

Valoración: Capuchino

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