Dioses, monstruos y el Melocotones de la suerte, de Kelly Robson

Sinopsis:

Minh pertenece a la primera generación que subió a la superficie después del caos que arrasó la Tierra, la generación que abandonó los infiernos subterráneos en los que se habían instalado para intentar recuperar la forma de vida tradicional. Trabaja restaurando ecosistemas fluviales, pero desde hace un tiempo los bancos ya no subvencionan sus proyectos, porque ¿para qué invertir en algo que tardará años en dar resultados cuando puedes… viajar atrás en el tiempo y verlo con tus propios ojos?

Ahora, un posible trabajo hará que Minh se planteé sus principios y su odio visceral por los viajes temporales: la oportunidad de regresar a Mesopotamia y estudiar de primera mano el Tigris y el Éufrates, con vistas a recuperarlos en su desolado planeta del futuro.

Reseña:

Me gustan las distopías más que una caja de cartón a un gatete. Pero es cierto que después de leer tantas en las que todo se reduce a la supervivencia, los abusos de los poderosos y el pesimismo, me ha encantado explorar un hueco que Kelly Robson ha sabido aprovechar la mar de bien: el de las distopías en las que les protagonistas se arremangan y se ponen A CURRAR. Y qué divertido es de leer.

En este libro, una parte de la humanidad no se resigna a vivir en un mundo devastado por la crisis climática, sino que sale de sus ciudades subterráneas con el objetivo de revivir los antiguos ecosistemas. Partiendo de esa premisa tan interesante, Robson nos proporciona un enfoque bastante realista del concepto de terraformar un planeta: tener que bregar con financiación, plazos de entrega, bancos y empresarios.

Y es que, aún situándonos en un futuro tan avanzado, la avaricia y las motivaciones de los seres humanos siguen siendo los mismos que en la actualidad, lo que se refleja en una sociedad salvajemente capitalista y en los conflictos entre los personajes. Con una sensibilidad y una autocrítica brutales, la novela nos presenta a dos protagonistas muy diferentes, tanto por poder adquisitivo como por edad, que reflejan el choque generacional que estamos viviendo en la actualidad entre boomers y millennials, y con el que muches nos podemos ver representades. Sin embargo, son las propias protagonistas las que, uniéndose bajo este objetivo común, nos dan esa historia de esperanza en la que todavía podemos reparar un planeta en vías de ser inhabitable.

Solamente con la temática y los personajes ya me tendría ganada, pero cuando la autora incorpora el elemento de los viajes en el tiempo, nos arrastra a una trama de aventuras que rompe por completo el pragmatismo de los primeros capítulos, y nos da un despliegue de recursos de suspense y acción tremendamente creativos que te hacen terminar el libro de un tirón. Aunque el final queda abierto (¿una puerta para una posible una secuela?) me ha parecido muy bien escrito, dándonos unas pinceladas interesantísimas sobre las posibilidades de los viajes en el tiempo con las que te podrás comer la cabeza un buen rato.

Tengo que resaltar también lo brillante del inicio de cada capítulo, en el que tenemos brevemente un cambio en el punto de vista para ir dándonos pequeñas pistas de lo que va a ocurrir más adelante. Estos pequeños párrafos resultan de lo más divertidos y le añaden un toque único a la historia, que ya se ha posicionado como una de mis distopías favoritas.

En definitiva: Uno de los libros de ciencia ficción más originales e interesantes que he leído, que le da una vuelta al concepto de distopía y lleva al futuro los conflictos generacionales actuales.

  • Editorial: Pulpture
  • Fecha publicación: Octubre 2020
  • Páginas: 210
  • Traducción: Cristina M. Caladia
  • Valoración: Café con hielo

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